jueves, 26 de mayo de 2011

Etapas del desarrollo psicomotor: segundo año de vida

Primer año


En este periodo aquel pequeño que apenas se movía sin coordinación manos, pies, etc. lograra coordinación los sentidos con los músculos y el cerebro para convertir los reflejos innatos en actos voluntarios dirigidos a un fin concreto. Toda adquisición nueva en el campo de la motricidad supone una pequeña revolución en el mundo mental del infante, por ella se habla de Psicomotricidad.


Las adquisiciones motrices de este primer año le van a permitir desplazarse, apreciar que el mundo tiene tres dimensiones y no solo dos, atreverse a deambular en él y así convertirse en protagonista activo de los acontecimientos de su vida.


El desarrollo de la motricidad corre paralelo a la evolución psicológica del niño y ocupa, junto con el desarrollo afectivo en lugar de importante para conocer a detalle al estado general del año.


El desarrollo de la motricidad interviene de manera coordinada en tres procesos distintos


· La maduración del sistema nervioso, este proceso finalizará hacia los cinco años


· La evolución de las capacidades sensoriales


· El fortalecimiento de los músculos, que proseguirá hasta entrada la adolescencia


Maduración neurológica


La situación de madurez en la que se encuentra el Sistema Nervioso es la responsable de las limitaciones motrices que afectan al bebé. Durante los primeros tres meses no puede coordinar los movimientos entre si y los estímulos que recibe a través de los sentidos provocan tan solo movimientos reflejos indiferenciados e involuntarios, esto indica que el sistema nervioso funciona a la perfección y su desaparición en el momento oportuno, que el proceso de maduración avanza, dejando paso a nuevas posibilidades para adquirir y desarrollar actividades motrices más complejas


La influencia del medio ambiente que recibe el niño a través de todos sus sentidos, colabora decisivamente en su desarrollo, y se hace difícil distinguir la maduración del proceso de aprendizaje


La estimulación sensorial y el desarrollo motor


Los sentidos se desarrollan antes que la motricidad voluntaria y en cierto modo, su perfeccionamiento y evolución es la garantía para un acceso óptimo a todos los demás aspectos de la motricidad.


Es siempre oportuno estimular al niño ofreciéndole la oportunidad de experimentar por sí mismo con la vista, olfato, oído, gusto y tacto. Toda sensación nueva será guardada en su memoria y servirá para hacer más completo y útil su aprendizaje, aunque esto no significa que debemos bombardear al bebé indiscriminadamente con estímulos de todo tipo


13 meses


Desarrollo físico del niño durante el segundo año


A partir del primer año, la estructura corporal del niño se aproxima cada vez más a la del adulto. Este cambio en el aspecto físico es debido a que se va reduciendo paulatinamente, la desproporción entre las distintas partes del cuerpo que existía en el bebé y también a que la grasa subcutánea acumulada durante los primeros meses va desapareciendo en gran parte, en beneficio del desarrollo de la masa muscular, que va ganando una proporción mayor en el peso total del niño.


En esta etapa ha logrado un dominio parcial de sus piernas. A los 15 meses el bebé puede pararse perfectamente. A los 18 meses avanza mas rápido pero con una marcha tiesa; se sienta en una silla de adulto, ya ´puede subir las escaleras con ayuda de un adulto.


Evolución de la marcha


A los 12 meses el niño ya es capaz de caminar cogido de la mano, algunos incluso sosteniendo un objeto en la otra mano al mismo tiempo, puede agacharse a coger un objeto del suelo si tiene un punto de apoyo.


A los 15 meses la mayoría son capaces de andar solos, pueden dar algunos pasos. Con ayuda de un adulto pueden subir y bajar de la acera, a los 18 meses es capaz de trepar una silla, a los 24 meses puede correr sin caerse, patear un balón, sube y baja la escalera sujetándose a la barandilla.


Evolución de las funciones motrices a los cinco y seis años


Sobre la base de unos rasgos evolutivos comunes a la especie humana, el crecimiento físico y motor de cada niño se va configurando directamente bajo la acción de distintos factores ambientales, desde la alimentación que recibe hasta la actividad que desarrolla, y el medio geográfico al entorno social y cultural.


Todavía en estos próximos años, las pruebas de extensibilidad, nos revelaran que el menor sigue perdiendo capacidad flexora en los músculos de los miembros superiores.


En los miembros inferiores la evolución se produce de forma distinta. El Angulo poplíteo, que es el que está formado entre la pierna extendida y el musculo doblado sobre la pelvis, va aumentando hasta los tres años, disminuye entre los cinco y los 10 años, oscilando entonces entre los 100 y 120 grados, posteriormente vuelve a recuperar extensibilidad, alcanzando una abertura que suele variar entre 120 y 140 grados.


En general, las niñas son más extensibles que los varones; el Angulo poplíteo suele alcanzar en ellas 15 a 20 grados más que los niños.


A partir de los cinco años aparece por primera vez la posibilidad de distender voluntariamente los músculos, que puede comprobarse fácilmente pidiendo al niño que se coloque tendido sobre la espalda y en esta posición intente relajar completamente los brazos y las manos.


Estatismo


El estatismo en inmovilidad sigue una evolución constante en los años de infancia y se descubre verificando el grado de equilibrio que consigue alcanzar el niño en cada momento. Pocos niños a los cuatro años, pueden mantener más de 10 segundos de estatismo sobre las puntas de los pies si han de permanecer durante la prueba con los ojos cerrados. Con los niños de cinco años se puede conseguir una proporción no superior al 70%


Des pues de haber cumplido los seis años aumenta hasta el límite el porcentaje de éxitos y también de forma progresiva, el tiempo de permanencia.


El estatismo en los movimientos se puede seguir, sobre todo a partir de los saltos. A partir de los cinco años, aproximadamente, todos los niños son capaces de saltar con los pies juntos, cayendo en el mismo sitio; antes de cumplir los seis podrán alternar estos saltos con saltos laterales y hacia atrás y adelante. También en estos momentos realizaran casi sin ninguna dificultad salto sobre un solo pie con la pierna dominante; solo los más adelantados en su desarrollo motor pueden lograr este ejercicio antes.


En las pruebas de salto de altura, el niño de cinco años puede rebasar una cuerda situada a unos 20 cm del suelo; a los seis conseguirá fácilmente un salto de 30 cm. Antes de cumplir siete años, los varones alcanzaran fácilmente regularmente marcas superiores a las establecidas por las niñas de su misma edad.


Desarrollo de los movimientos coordinados


El movimiento es una característica esencial de la vida y sirve a todos los seres humanos como una indispensable herramienta de supervivencia ya que nos permite alcanzar lo necesario y evitar lo dañino.


A lo largo de los cinco billones de años de evolución , el movimiento se ha vuelto cada vez más complejo desarrollándose desde las simples formas de desplazamiento adoptadas por los organismos unicelulares hasta los extraordinarios movimientos de los seres humanos.


El recién nacido, en cuanto a su capacidad de movimientos, se encuentra a nivel de un reptil primitivo ya que no puede controlar el movimiento de la cabeza y solo puede arrastrarse lentamente, aunque es capaz de hacer algunos movimientos. Por desgracia, el niño generalmente es colocado en una pequeña cuna, envuelto en un cobertor y vestido de tal modo que se inhibe cualquier movimiento voluntario. Al no observar ninguna expresión de movimiento, tendemos a pensar que los recién nacidos son incapaces de moverse y reducimos aun mas cualquier manifestación activa de este aspecto básico del desarrollo.


Los niños puede arrastrarse desde que nacen, si dejáramos a un recién nacido sobre una superficie notaríamos que realiza movimientos muy lentos con todo el cuerpo. Este movimiento activo, realizado en el sentido de las manecillas del reloj, se puede observar cuando el niño tiene suficiente espacio a su alrededor, se ha podido observar que el bebé de tres semanas son capaces de girar completamente de un lado a otro, ya que cada avance es siempre la combinación de un desarrollo interno y una experiencia externa.


Para ayudar al movimiento involuntario desde el nacimiento, basta con una cama más grande que las cunas que se usan comúnmente y algunos objetos interesantes que sirvan como estimulo al movimiento.


El proceso de mielinizacion de las fibras nerviosas en muy rápido y empieza con los músculos oculares. El niño aprende a controlarlos en un mes, lo que les permite seguir mucho mejor lo que sucede en el ambiente. Este ya es un paso importante, pues implica la libertad de observar. Si el niño es colocado en una cuna con barrotes, no tiene mucho sentido tener la capacidad de observación, ya que no se puede usar ni mejorar.


Al segundo mes de vida, el bebé ya controla los músculos del cuello y puede sostener solo la cabeza. Si el niño, que ya es capaz de dirigir la mirada, también tiene la libertad para observar, este nuevo logro producirá un cambio notable en su relación personal con el ambiente. El control de la cabeza es el principio de su dominio del ambiente.


Entre el tercer y el cuarto mes, dependiendo del estado general de salud del niño, y especialmente de la experiencias que haya tenido, la coordinación empieza a extenderse a las manos, el niño empieza a utilizarlas intencionalmente para alcanzar objetos, tomarlos y acercárselos. Ahora pueden desarrollar la capacidad de arrastrarse, y si tiene espacio para moverse libremente, podrá alcanzar todos los objetos que despierten su interés y conocerlos a través de los sentidos de la vista, tacto y gusto.


A los cinco mese de edad, los niños todavía se consideran pequeños, aunque ya son capaces de dominar el espacio que los rodea arrastrándose hábilmente. Esta forma de movimiento les permite descubrir el placer y la alegría de satisfacer su curiosidad por todo aquello que forma parte de su ambiente.


Entre los cinco y seis meses, precisamente por que su habilidades motoras han mejorado tanto, puede que el niño decida bajarse de la cama, aunque lo hace hacia atrás, bajando primero las piernas y luego el resto del cuerpo. Este es otro paso importante en el desarrollo, que ofrece la libertad de ir a buscar a la madre casa ves que el niño despierta, se acuerda de ella y quiere verla. A estas alturas, el ya no necesita llorar para llamar la atención de su madre. Sabe lo que quiere y es capaz de obtenerlo sin pedirlo, usando su habilidad de moverse y las nuevas capacidades de su cuerpo. Una cama baja puede ayudarle a hacer por si mismo cosas importantes muy pronto. Una media tan simple pata fines importantes.


A los seis y siete meses, el niño es capaz de coordinar los músculos del tronco y se puede sentar, entre los seis y ocho meses, el niño pasa gradualmente de arrastrarse a gatear, y todas las etapas intermedias: usar las manos para levantar la parte superior del cuerpo, doble las rodillas y tobillos para levantar la base de la espalda. Estos nuevos movimientos nos permiten observar el progreso de la mielinizacion hacia la parte inferior del cuerpo.


A los ocho meses, el ha perfeccionado la técnica de gateo, y a los nueve mese puede pararse y permanecer erguido con la ayuda de un apoyo cercano


Entre los 11 y 12 meses, el niño comienza a caminar en dos piernas. Esto es un notable desarrollo si consideramos que el recién nacido no es capaz de sostener su cabeza, mientras que ahora ha logrado en complejo equilibrio necesario para mantenerse erguido en dos piernas. Sin embargo, un aspecto trágico del desarrollo del movimiento es que generalmente mientras más cosas sean capaces de hacer los niños, mas se les restringe su libertad de acción, pasa de la cuna a la silla de bebé, al coche, a la silla alta y al corra.


Los meses pasan pero el niño nunca se le da la oportunidad de moverse libremente y de practicar actividades para mejorar su coordinación. Los niños solo quieren satisfacer el deseo de moverse libremente, que es el impulso interno más fuerte durante este periodo.


Al alcanzar el trabajo necesario para el desarrollo del movimiento coordinado, la relación de los niños con su madre cambia. Los niños aprende a estar con la gente de un modo diferente: compartiendo el mismo ambiente, observando a otras personas, escuchándolas habla o cantar a los adultos. Su modo de comunicación ya no es primordialmente el contacto a través de la piel.


Por esta razón la capacidad de moverse activamente, es una gran ayuda para el desarrollo de una “separación” positiva y natural.


La decisión de ofrecer al niño un espacio para moverse tiene importantes repercusiones tanto para los padres como para el niño porque implica la decisión de tener una vida familiar orientada cada vez hacia la colaboración de las personas que viven juntos.


13 meses


Salgan de paseo a tomar el sol, 15 minutos al día. Aproveche y juegue con el mostrándole plantas diferentes formas y colores.


Deje cerca de su hijo los juguetes de jalar empujar y transportar


Indique como puede tomar cubos u otros objetos con una cuchara de madera para descargarlos finalmente dentro de un carro y poder trasportarlos


Juegue con su hijo a conducir un automóvil a través de sonidos “run run” y el sonido del silbato. Practique rutinas como detener el carro y arrancar nuevamente


Deje que el niño guarde y saque los juguetes de la caja de juguetes. Ayúdelo a hacer filas y explíquele el orden de los juguetes (de grande a pequeño, colores, etc.). Forme pirámides y torres después para derrumbarlas. Vuelva a colocarlas y haga que el niño los tumbe sin que se asuste por eso.


Deje el niño intente vestirse o que le ayude a colocarse algo y alcanzar las cremas o lociones.


Ponga en las manos de su hijo un poco de crema y permita que él la extienda en su cuerpo. Mientras lo hace usted puede recordarle las partes del cuerpo


Deje que el niño estire los brazos para que alcance la llave de la ducha. A si mismo permita que se apoye de la pared para mantener el equilibrio.


Deje que su hijo tome la cuchara, la sostenga e intente comer con ella. No importa que se ensucie. El utensilio debe ser pequeño y liviano.





14 meses


Cuando su hijo termine de jugar, indíquele que guarde los juguetes al ritmo de una canción.


Deje que el niño siga el ritmo de una canción golpeando diferentes objetos.


Acostado sobre la cama, tome los pies del niño por los tobillos y haga que pedalee como en bicicleta. Al tiempo que lo hace, repita los ruidos de un carro o de una motocicleta.


Prémielo cuando el reconozca las partes de su cuerpo. Primero comience con los de la cara, y cada día cambie de parte. No lo sature en un día preguntándole por todo.


Pida a su hijo que señale las cosas.





15 meses


Dele al niño juguetes que pueda jalar, como carritos con cuerda o caja amarrada. Esta actividad si ya camina solo le ayudara a afianzar sus pasos.


Enséñele a su hijo a lanzar un muñeco de trapo o una pelota, para que vaya a buscarlo. Deje que el observe en donde cayó. Tenga en cuenta que el tamaño del o9bjeto que lanza debe disminuir a medida que crece.


Teniendo de pie al niño, tómelo de las manos y balancéelo suavemente hacia adelante y atrás o de un lado a otro. Al ritmo de la música. Así le ayudara en la búsqueda del equilibrio corporal.


Enséñelo a girar la cabeza cuando este caminando. Para lograrlo llámelo por su nombre.


Deje caer los juguetes a los pies del niño, y pídale que los recoja y se los entregue; después, dígale que los guarde en la caja de juguetes. Si a causa del ejercicio el niño pierde el equilibrio ayúdelo sosteniéndolo con una mano.


Entrene a su hijo para que suba gateando las escaleras. Puede logrando colocando un juguete en un escalón delante de él y estimularlo para que lo alcance. Es importante que avance de manera cruzada así: cuando apoye la mano izquierda debe hacer lo mismo con la pierna derecha y viceversa.





16 mese


Dele al niño una masa de maíz para que la manipule y haga bolitas. Si llega a molestarse por quedar sucio, explíquele que luego se lava; pero no le haga saber cuan sucio está.


Mientras que usted alista que se va a poner, deje que el niño ayude a quitarse la ropa. Después pregúntele si le gusta la ropa que se va a poner; haciendo que participe en las decisiones.





17 meses


Permita que el niño explore con tiza o marcadores sobre un tablero; después, guíelo y trace una línea; después, deje que él haga lo mismo, otro ejercicio que puede complementar esta actividad es el hacer puntos seguidos.


Prémielo cuando termine de comer. Obséquiele un caramelo blando, envuelto en un papel, para que el lo desempaque y se lo coma.


18 meses


Siga premiando la práctica del niño para que coma solo y siga utilizando su plato y su cuchara de plástico.


Dele a su hijo alimentos semiblandos. Puede pasarle un pedazo grande de carne para que lo chupe y le haga masajes en las encías. Debe tener cuidado para que no se le atore.


cerciórese que cuando el niño tome la cuchara para comer, la mano vaya a la boca y no la boca a la mano.


Estimule el desarrollo del equilibrio de su hijo. Llévelo al un parque en donde pueda caminar sobre un tronco, manteniendo el equilibrio; luego pídale que baje y vuelva a subir. Ayúdelo para que pueda hacerlo.





19 y 20 meses


Ayude a su hijo en el aprendizaje de pasar agua, arena o piedras de un lado a otro. El elemento que se recomienda para esto es un tarro de plástico de boca grande.


Permita que él ayude a vestirse, aunque lo haga lentamente. Coloque la ropa del niño y evite las correas de hebillas. Colóquele pantalones con resorte u overoles cómodos y anchos.


Motive a su hijo para que pase por encima de obstáculos sin pisarlos; después dígale que regrese. Los bloques con los que juega o pequeñas cajas pueden servir como barreras. Poco a poco usted podrá aumentar de tamaño estos obstáculos.


Juegue con el niño a la pelota, afuera de la casa como si fuera un mini futbol. Estimúlelo a correr.


Juegue con su hijo al caballito sobre su pierna. Aproveche para cantar la canción “dos caballitos de dos en dos alzan la pata y dicen adiós”


Baile con su hijo tomándolo de las manos aproveche esta actividad para que levante un pie, luego el otro y doble la rodilla, esto tonificara los músculos. I


Pídale que rasgue papelitos con los dedos y luego que los pegue en una figura


Incentive al niño la estabilidad mediante el juego galope. Enséñele el trote y luego la carrera, para lo cual puede construirle un caballito de madera con un palo y una cara rellena.


Motive al niño para que arrugue papel. Después de hacerlo permitalo para que lo desarrugue sobre una superficie plana.


Complemente las habilidades manuales del niño con juegos de bloques, boteones y cremalleras.


Ayude al niño a ejercitarse subiendo y bajando escaleras


Practique con el niño las cuclillas e insitelo a caminar unos pocos pasos cuando este agachado, repita lo mismo pero levantado, indíquele caminar hacia adelante y atrás.


Insite al niño a buscar nuevas formas de movimiento en un solo pie, haga que trepe, salte y brinque. Pídale que lo haga con los dos pies.


Estimule al niño para que diga el nombre de las partes de su cuerpo que puede tocarse. Pregúntele “¿Qué es est0?” al momento que señala las partes de su cuerpo.





21 y 22 meses


Juegue con el niño saltar en un pie y luego con el otro, si necesita ayuda sosténgalo de las manos.


Siéntese con el en el suelo o pasto y haga rodar una pelota de manera que la atrape y de devuelva con la fuerza necesaria parq que le llegue a las mano o a los pies.


Construlla cuevas en la casa utilizando dos sillas y cubriéndolo con una cobija en señele a pasar gateando por abajo


23 y 24 meses


Permita que el niño disfrute de actividades y juegos de piscina


Inicie la educación rítmica elemental del niño, comenzando con el movimiento, música y poco a poco la palabra a través de la canción.


Permita que su hijo haga los ejercicios físicos al compás de una canción imitándola


Delimite los movimientos de ejercicios corporales que el niño realiza en: gatear, rodar, arrastrarse, caminar, brincar, bailar, correr con lo ojos abiertos y cerrados.

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